Las pequeñas cosas del día a día son las que realmente nos pueden conducir a la felicidad. Aprender a valorarlas es fundamental para ser más feliz en la vida.

La felicidad no es el destino, es el camino. No es un lugar, es un estado. No es una posesión material, es una sensación. No es el qué, sino el cómo. Ser felices depende de nosotros mismos, sin ponernos condiciones ni excusas. Y para llegar a este estado es fundamental dejar de obsesionarse y permitir que esa emoción nos invada aprendiendo a valorar las pequeñas cosas del día a día. Ahí se encuentra la verdadera felicidad.

Cuántas veces nos hemos dicho cosas del tipo…: “cuando me den mi ascenso, podré comprarme un coche y seré feliz”, “cuando encuentre a la persona adecuada seré feliz”… Hablamos sobre el futuro y vinculamos nuestro bienestar a cuestiones materiales o aspectos que no controlamos.

¿Y todavía nos preguntamos cómo ser feliz? Si nos ponemos tantas condiciones será difícil conseguirlo. La felicidad, aunque a veces no lo creamos, es una cuestión mucho más sencilla. Mira a tu alrededor, seguro que hay muchísimas cosas que te producen alegría pero que ya no valoras porque forman parte de tu rutina o de lo cotidiano. Por ejemplo: un mensaje de un amigo preguntándote qué tal estás, leer un libro disfrutando de una taza de té en una tarde de invierno, dormir toda la mañana un domingo y tomar el desayuno en la cama…

La felicidad son pequeños momentos fugaces que nos llevan de energía y emoción. En Dinamarca, uno de los países más felices del mundo, lo llaman Hygge. Con esta palabra, que se pronuncia como huu-gue, se refieren a esos momentos de calma y bienestar que nos dibujan una sonrisa sobre el rostro.

En el libro "Hygge, la felicidad de las pequeñas cosas", Meik Wiking, director del Instituto para la Búsqueda de la Felicidad de Copenhague; habla sobre cómo encontrar el placer en las pequeñas cosas de la vida. Desde compartir una cena agradable en casa con amigos, hasta ver una película que nos sorprenda.

Pero, ¿cómo sentirse feliz? ¿Se puede aprender? Sí, se puede. La felicidad es un estado de ánimo producto de una actitud elegida por nosotros mismos. Somos los responsables de cómo vivimos nuestra vida y, aunque siempre hay momentos malos, tenemos el poder de decidir si queremos darle más importancia a los buenos y tener una actitud positiva.  

El profesor de la universidad de Harvard y doctor Tal Ben-Shahar es experto en Psicología Positiva. En su libro “Being Happy” explica que la alegría se puede aprender, del mismo modo que uno se instruye para esquiar o jugar al golf: con técnica y práctica. En él da seis consejos sobre cómo ser feliz:

1.     Asume los fracasos y celébralos. No podemos evitar las emociones negativas, son tan naturales como la felicidad, pero debemos aprender a aceptarlas. Saber perdonarse a uno mismo es muy importante; sobre todo cuando sentimos debilidad o fracaso.

2.     No des lo bueno por sentado, agradécelo. La cosas no suceden porque sí ni siempre estarán ahí para nosotros. Debemos aprender a valorarlas y agradecer lo que tenemos.

3.     Haz deporte. Un ejercicio suave durante 30 minutos al día permite que el cerebro genere endorfinas, encargadas de potenciar la felicidad. Esto nos ayudará a sentirnos mejor y mejorar nuestra autoestima.

4.     Simplifica. Identifica lo que te hace realmente feliz y céntrate en ello. Como dice el refrán: el que mucho abarca, poco aprieta. Aplica esta norma en tu vida personal, laboral y al tiempo de ocio.

5.     Aprende a meditar. Ayuda a combatir el estrés y, en su práctica continuada, favorece el pensamiento positivo.

6.     Practica la resiliencia. Este término ha sido tomado de la Física y de la Ingeniería, donde sirve para describir la capacidad de un material para recobrar su forma original después de someterse a una presión deformadora. En el caso de las personas, la resiliencia trata de expresar la capacidad de un individuo para enfrentarse a circunstancias adversas y recuperarse saliendo fortalecido. Convierte los “fracasos”en oportunidades.

Cuando te vuelvas a preguntar cómo ser feliz, recuerda que la respuesta está en tus manos. De ti depende elegir el camino de la felicidad y dejar de ponerte metas lejanas. Vive el ahora y disfruta.