Practica mindfulness mientras sales a correr: combina el ejercicio físico con el mental para disfrutar de todos los beneficios de ambas prácticas de una sola vez.

Practicar mindfulness y correr al mismo tiempo es posible. Aunque parezca una práctica en la que es imprescindible estar quieto, esto no es necesariamente así. De hecho, tus salidas habituales para hacer un poco de running pueden ser el momento perfecto para tomar consciencia del momento presente y relajarte.

El mindfulness es la práctica de la atención consciente o plena para tomar conciencia del momento presente. Se trata, por así decirlo, de apagar el piloto automático con el que realizamos las tareas o acciones más monótonas y prestar atención a todos los pequeños detalles de ese momento: la luz, los colores, las formas…

Correr, precisamente, se puede convertir en una actividad mecánica en la que, mientras los músculos trabajan, la cabeza y tus pensamientos van divagando de un lado a otro. Es por ello que practicar mindfulness mientras corres puede resultar un ejercicio muy beneficioso para ti.

¿Por qué? El mindfulness potencia tu capacidad de concentración, favorece la creatividad, mejora la memoria, desarrolla la inteligencia emocional y protege tu cerebro. Todas estas facetas son útiles en tu día a día, pero sobre todo en tu empleo. Puedes llegar a trabajar mejor con el mindfulness y ser más feliz en tu día a día profesional. Si quieres, incluso, puedes hacer mindfulness en la oficina o aprovechar el running, como te proponemos, para practicarlo.

¿Cuáles son las claves para practicar mindfulness mientras corres? No te pierdas estos consejos de mindfulness para runners y recuerda que, sobre todo, se trata de estar presente:

 

1. Controla tu respiración

respiración

Una de las formas más sencillas de practicar mindfulness mientras corres es controlar tu respiración siendo consciente de ella. Observa como el aire entra por la nariz y baja hasta la garganta. Después, al expulsarla, fíjate en cómo esta abandona tu cuerpo lentamente y de forma controlada. Pon toda tu atención en ello durante, al menos, cinco repeticiones.

 

2. Observa lo que ven tus ojos

observación

Quizás, cada día, al salir a correr pases por delante de edificios o parques en los que nunca te has fijado. Pon la atención en el presente y toma conciencia de lo que están viendo tus ojos a cada zancada. ¡Seguro que descubres lugares nuevos! Si en algún momento tus pensamientos te llevan a algún otro lugar, no te preocupes: simplemente vuelve al presente y a lo que están viendo tus ojos.

 

3. Afírmate en el “yo puedo”

superación

Si has tenido un mal día o tienes un problema entre manos, utiliza el running para convencerte de tú puedes superarlo.  ¿Cómo? Antes de salir a correr piensa en cuál es la situación adversa que quieres superar y dite a ti mismo: yo puedo. Mantén esa sensación de superación durante toda la carrera y repite el mantra “yo puedo” una y otra vez. Te ayudará a hacer crecer tu resiliencia y a encontrar soluciones a tus problemas.

 

4. Corre de noche

corriendo de noche

La oscuridad pone en alerta nuestros sentidos, lo que hace que estemos más presentes en la acción que estamos desarrollando. Salir a correr por la noche te ayudará a poner en práctica la atención plena que busca el mindfulness.

 

5. Busca objetivos

meditación

Además de hacer mindfulness también puedes aprender a cómo meditar corriendo. Una de las formas más sencillas es establecer objetivos y concentrarte en ellos durante la sesión de running. Puedes ir variando según el día: concentrarte en la respiración, repetir un mantra positivo…

Estos cinco ejercicios de mindfulness pueden convertirse en tus mejores compañeros de running para despejar tu mente, relajarte y centrarte en el momento del presente. Así conseguirás, de una sola voz, todos los beneficios que produce el deporte en tu cuerpo sino que también ejercitarás tu mente gracias al mindfulness. Así que cálzate las zapatillas, sal a correr y enriquece tu running con el mindfulness.