Lo que hasta ahora solo habíamos visto en películas de ciencia ficción, de repente, se había convertido en nuestra realidad. Pasamos por distintas etapas, desde la sensación de miedo hasta finalmente lograr sobreponernos a la situación y poner el foco en los que sí podíamos hacer. Decidimos ponerle nombre a esta nueva actitud, lo denominamos “La Voluntad de Continuar”. Porque la clave de todo éramos nosotros mismos.
Nuestro objetivo: Todos trabajando el 1 de julio
Pasado un mes, llegamos a un punto en el que nos dimos cuenta de que debíamos avanzar, teníamos que hacer compatible la seguridad de todos con la reactivación de la economía. Entonces, vimos muy claro nuestro objetivo: #TodosTrabajandoel1deJulio.
Esto nos llevó a desarrollar un plan para trabajar desde dentro de la organización, pero que también implicaba a nuestros colaboradores y asociaciones empresariales. Había que conseguir que la sociedad, las empresas y las administraciones cambiaran su perspectiva, y que todos trabajásemos por hacer compatibles lo que al principio parecían términos antagónicos.
Nuestro reto era lograr abrir todos nuestros hoteles antes del 1 de julio, de tal forma que todas las personas fijas y fijas discontinuas pudieran volver a trabajar.
¿Qué hicimos para conseguirlo?
Con la información cambiante que teníamos, nuestra intuición y mucho corazón, establecimos las siguientes hipótesis:
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Después de 90 días de confinamiento todos teníamos la necesidad de volver a normalidad y por lo tanto había una demanda contenida que afloraría en el momento en que cesaran las restricciones.
- La sociedad era consciente de la gravedad de la situación y demandaba servicios que transmitieran seguridad y confianza.
- Ante la incertidumbre existente, debíamos dar flexibilidad en la compra, así como ofrecer precios competitivos para animar la venta.
- Como la situación era insostenible, todos los actores de la cadena de valor turística serían proactivos en la apertura e inicio de las operaciones.
- Con la llegada del verano y la mayor concienciación de la sociedad en cuanto a las medidas de protección, la pandemia se mantendría en niveles muy controlados y eso generaría confianza en la demanda.
En ARTIEM conseguimos tener todos los hoteles abiertos el 1 de julio. Habíamos desafectado a 135 de las 172 personas fijas o fijas discontinuas que se encontraban en ERTE, con la previsión de que a finales de julio serían un total de 162. Las 10 restantes son consideradas personas “de riesgo” y actualmente estamos estudiando cómo incorporarlas.
De momento, contamos con ocupaciones bajas, y aunque sean algo inciertas, tenemos expectativas de que agosto y septiembre sean mejores. Pero si algo es importante para nosotros es ver que nuestros equipos se encuentran cohesionados, comprometidos, ilusionados y con un elevado sentimiento de orgullo de pertenencia. Nos emociona ver que existe un reconocimiento de nuestro esfuerzo por parte de la sociedad.
Sin embargo, ahora podemos decir que desafortunadamente no todas nuestras hipótesis se han cumplido:
- Esa demanda contenida, que en un primer momento nos ofreció una perspectiva favorable, ha mantenido un crecimiento lento, pero altamente sensible a las noticias y anuncios diarios sobre la evolución de la pandemia.
- Transmitir seguridad y confianza se han convertido en un must que el cliente exige y valora.
- La flexibilidad de compra y las ofertas no son suficientes para reactivar la demanda como en la etapa anterior.
- No todos los actores de la cadena valor han sido proactivos en la apertura de operaciones ante la lentitud de la reactivación de la demanda. Y en lo que se refiere a la conectividad, esto ha tenido un claro impacto en las ocupaciones.
- Al iniciarse la actividad, la aparición de rebrotes y el incremento de medidas para controlarlos está minando la reactivación de la demanda.
¿Qué conclusiones sacamos?
Reflexionando sobre todo lo que hemos vivido, estas son las conclusiones:
- Somos muy vulnerables. Nada puede darse por sentado y la vida nos puede cambiar en cualquier momento. Por eso siempre tenemos que estar preparados.
- Tener un PROPÓSITO claro, tanto a nivel personal como a nivel de organización, ayuda y genera confianza.
- Ante la adversidad, contar con este PROPÓSITO claro y compartido fortalece la cohesión del equipo, la generosidad, la solidaridad, el compromiso y el orgullo de pertenencia; elementos que propulsan la organización.
- Debemos ser flexibles en nuestros planes con el fin de adaptarnos a la situación, pero siempre siendo fieles al PROPÓSITO.
- En cualquier situación, siempre hay algo que podemos hacer para incidir en ella.
- Si se es generoso con los demás, los demás lo son contigo.
- La sociedad valora y reconoce el esfuerzo que hacemos para contribuir a la prosperidad de todos. Y cada vez más, la sociedad demanda marcas con PROPÓSITO.
- Toda la cadena de valor turística es muy interdependiente, y debemos trabajar para fortalecerla.
- Las políticas comerciales tradicionales para reactivar la demanda, hoy en día no son suficientes.
Ante esta nueva situación, la visión de ARTIEM de “ser una empresa líder por su modelo innovador e inspirador, centrado en la felicidad de las personas, y por el compromiso con la prosperidad sostenible y el impacto positivo en nuestro entorno” tiene más sentido que nunca, así como los ejes estratégicos (Áreas de Oportunidad) que definimos para lograrlo: Economía Circular, Cultura Experiencial, Cultura Lean, Valor Social, Distribución Directa y Crecimiento Sostenible.
Pepe Díaz, CEO de ARTIEM.